¡Día de San Fernando!

Casi 400 personas celebran la Ascensión del Señor y participan en la Bendición de la imagen de San Fernando y el Crucificado.

A rebosar. Así estaba el domingo la parroquia. Era un día grande. Durante toda la semana se había estado preparando esta intensa jornada en la que, en diversos momentos de la Eucaristía, se bendijo, primero, la Cruz del Altar parroquial, y, al final, la imagen del patrón, que estarán a partir de ahora expuestos a la pública veneración. Una celebración

solemne y sencilla en la que se recalcaron las virtudes de San Fernando Rey, un hombre noble, educado, humilde y sencillo, buen marido y buen padre para sus hijos, capaz de unir reinos, conquistar ciudades sin masacrar a sus enemigos, lavar los pies a los más pobres o compartir su pan con los necesitados; un santo que nos enseña a dejar nuestras “coronas” y a mirar y anunciar al Señor, crucificado y resucitado.

Las palabras finales del escultor, Suso de Marcos, haciendo referencia a sus “dos hijos”, San Fernando y el Crucificado, y al gran Creador, el Hijo de Dios, fueron emocionantes.

Después, toda la parroquia siguió de fiesta con una gran paella de arroz y comida y café para todos los que quisieron. Un gran día como colofón al curso, un gran curso en el que el Nuevo Catecismo, la JMJ Madrid 2011 y el patrón están siendo los núcleos de la actividad parroquial.